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El corozo: la fruta que cuenta historias

El corozo: el fruto de varias especies de palmas espinosas que crecen a lo largo de la costa del Atlántico, desde México hasta Brasil, y que en la costa colombiana es de fuerte tradición gastronómica desde la llegada de los esclavos africanos. El corozo viene de la planta llamada Bactris minor,que crece silvestre en las zonas bajas y secas de Colombia, sirve para preparar infinidad de platos.


En Colombia tradicionalmente el Caribe elabora jugo, chicha, vino, mermelada, gelatina y hasta helado con el corozo hervido en agua con azúcar o panela, del cual se obtiene una especie de almíbar del color del vino tinto. Si dejas fermentar esta mezcla, entonces se convierte en un sabroso vino típico de nuestras generaciones pasadas, que celebraban las fiestas con vino de corozo y ballenato sabanero.

Al igual que el jugo de tamarindo, el del corozo es muy apreciado en la región, porque estas frutas cuentan una historia única, este fruto silvestre bautizó el boli después del almuerzo, es aquí donde también suelen prepararse salsas para acompañar mariscos y pescado, diversos dulces y hasta refrescantes cócteles que nada tienen que envidiarles a las preparaciones de los bares más renombrados. Los platos de cangrejo y pulpo que aquí se cocinan con salsa de corozo son famosos, y muestran de forma muy precisa a que sabe el Caribe.


Además del uso que tiene esta fruta en la cocina, los costeños emplean el tronco de la planta para fabricar muebles, y de la semilla seca obtienen una especie de mantequilla usada no solo en la cocina, sino también con fines cosméticos y medicinales. Aquí, es un privilegio disfrutar de este fruto, mientras que en Sudamérica se compra envasados en jugos, néctares y mermeladas.

¡Quién podría imaginarse que una planta que crece silvestre tuviera tantos usos!, y una vez que la fruta está cocida y despulpada, la semilla y la cáscara se usan para alimentar el ganado porcino, El corozo cuenta una historia en cada hogar costeño, si tu destino es Santa Marta el corozo debe estar en el principio de tus aventuras gastronómicas te sorprenderá todo lo que esta tierra esconde, que venir a este lugar es como descubrir un mundo nuevo, desde sus paradisíacas playas, la champeta, la arepa e’ huevo, la chicha de corozo, hasta el saludo más divertido y amable del costeño; no te pierdas de las maravillas de habitar en Colombia, el país de las experiencias inolvidables

Banano o guineo, la maravillosa fruta.


El plátano que originalmente proviene de otros continentes, fue adoptado por Colombia, el país con el clima, el suelo y condiciones excelentes para esta planta. Aunque su invasión acabo con gran parte de la flora que hoy conocemos trajo con si, platos exquisitos, cultura, y mucha historia.

Si hablamos del banano inevitablemente nos transportamos a la alegría y el color de la Costa Caribe, donde cuenta la historia de la fruta que tiene un reinado mundial celebrado en Machala donde en cinco ocasiones la ganadora es la señorita Colombia; y hace muchos años tuvo una masacre. Más de 3000 muertes a trabajadores de la zona bananera fue el resultado de poseer un buen producto en grandes cantidades. El banano fue el primer producto que atrajo la inversión extranjera en el país, hoy en día entran 170 millones de dólares en el Magdalena a causa de este.

Para quienes viajan hasta La costa para probar el “Cayeye” un plato típico y tradicional, se encontraran con la sencillez de la delicia, un plato con pocos ingredientes pero un deleite en cada bocado, que expresa la personalidad del Costeño, con mucho sabor y alegría. Fue en la ciudad de Santa Marta donde yo lo probé y descubrí que desde la mesa de los hogares más humildes, hasta el restaurante más prestigioso de la ciudad, se sirve el guineo. 

Una tarde me encontré con una mujer sentada junto a su pequeña niña en brazos, poniendo pequeñas tajadas de guineo verde en el fuerte resplandor del sol, donde aseguraba se cocinarían al cabo de una hora y ese sería el alimento más saludable para su pequeña en crecimiento, al parecer esta receta ancestral es el secreto para que un niño crezca sano y fuerte. Pero para los más grandes, antes de ir al colegio o, a su trabajo, desayunan el “Mote” que consiste en guineos cocidos, machados entre mantequilla caliente y queso costeño acompañado de alguna carne o huevo. A decir verdad es un plato exquisito.

En una cena en el centro de la ciudad, junto a la carta de vinos, uno de los platos principales era el “Cayeye”, una porción de guineos machacados con “ahogado” de tomates y cebollas, una pisca de ajo, sal y como toque especial el tradicional queso costeño rallado por encima. 

Y si hablamos de una tarde de películas con amigos o tal vez después de un partido de futbol, “moneditas” podía ser el bocado perfecto, pequeñas tajadas de guineo fritas en aceite acompañadas de suero costeño, Es solo una pequeña parte de la historia culinaria de Santa marta, la magia de tenerlo todo.


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